30/8/07

Aborto selectivo



Una carta de lectores publicada en La Nación (jueves 30 de agosto).Ilustración: Herodes

En Italia, un procedimiento médico provocó la muerte de un feto de 15 semanas de gestación. Su madre, una mujer de 40 años embarazada de gemelas, tomó la decisión de abortar a una de ellas porque los resultados de los análisis arrojaron que sufría síndrome de Down. Por un error, se eliminó el feto “sano” y quedó el “down”, por lo que luego se concluyó la vida de ambos con un doble aborto.
Soy melliza. Mi hermana sufrió un ahogo al nacer, hecho que le provocó una discapacidad mental moderada permanente. No puedo imaginar mayor maldad que querer eliminar a una persona como mi hermana sólo porque entiende menos. Ella es un modelo de bondad y modestia, y ha sido una de mis mayores fortalezas en la vida.
Si en el futuro se pudieran detectar otrs características de las personas, ¿estaríamos abortando a aquellos que estudian menos?¿A los que tienen ojos marrones? ¿A los que no tienen condiciones para el deporte?
Tal vez la mujer de la noticia no quería conocer la bondad de la que ella misma carece, al igual que los médicos que practicaron el aborto y los legisladores que dictaron la ley.
Lo que en Italia o en la comunidad científica llaman “reducción embrionaria” yo lo hubiera llamado “mataron a mi hermana”.

Macarena Santos Muñoz

21/8/07

Geología política: La falla de Santa Cruz




Escribe: Pilar Leidi

Según los geólogos, una falla "es una rotura en las rocas de la corteza planetaria provocada por una acumulación de tensiones". Las placas, "formaciones de la corteza terrestre, son poco elásticas y se rompen a lo largo de fallas, liberando brutalmente una inmensa cantidad de energía. Al deslizarse unas contra otras, las paredes de la falla producen vibraciones que se propagan: es el terremoto".
Es probable que, en términos político-institucionales, los terremotos producidos en la Patagonia, con epicentro en Río Gallegos, sean una expresión de lo que podría bautizarse como Falla de Santa Cruz. En ese punto preciso del Hemisferio Sur se rergistra una enorme acumulación de tensiones, ocasionada, en primera instancia, por la acción prolongada de una placa cercana a la inflexibilidad, que presionó largamente sobre la situación local, para desplazarse más tarde hacia la región central. La ubicación de esa placa (plaK) en situación de centralidad geológica, generó presiones sobre otros sectores y una acumulación de tensiones sobre otros puntos, pero el desplazamiento ensanchó la falla de Santa Cruz y permitió una liberación de energía que la remisión de la plaK, su dramático deslizamiento de regreso hacia el emplazamiento original y su presión sobre placas locales sometidas y casi sofocadas por peso central sólo consiguieron transformar en vibraciones crecientes e inevitable terremoto.
El fenómeno parece incentivado por la subdivisión de la placa central en lo que las llamadas Geólogas de Género, han descripto como principio macho y principio hembra.
Aunque una mirada tradicional asignaría a todas las secciones y moléculas de la plaK central rasgos análogos y hasta idénticos, últimos registros han detectado distintos niveles de efervescencia y ebullición entre las secciones asociadas con el aparentemente declinante principio macho y las que se sienten impulsadas por el cambio que algunos, por momentos, creen leer en el llamado principio hembra. Ese diferencial de calentura incorpora nuevos elementos de tensión, que en este caso se proyectan del centro a la periferia de la plaK y generan, por simpatía o antipatía, remezones en ubicaciones más lejanas.
El pronóstico geológico aventura que la conmoción provocada por la falla de Santa Cruz, que ha impulsado ya la llamada Erupción Varizat, puede inducir la emergencia de fenómenos telúricos en distintos puntos de la geografía nacional, hasta poner en riesgo la propia centralidad de la plaK y su capacidad para contener un orden geológico que ya se ve amenazado por múltiples e inesperados fenómenos.
Los estudiosos aseguran que tales movimientos tendrán lugar ineludiblemente, aunque no se animan todavía a pronosticar si los estallidos ocurrirán antes o después de octubre.

18/8/07

SANTA CRUZ EN LLAMAS TRAS REACCION HOMICIDA DE UN PINGÜINO


CRISIS TOTAL EN GOBIERNO DE PERALTA.
TROPAS CUSTODIAN LA CASA DE LOS KIRCHNER.


Mientras Néstor y Cristina Kirchner siguen sin aparecer la provincia que gobernador por décadas se aproxima minuto a minuto a una situación de convulsión social y pone contra las cuerdas al frágil gobernador y candidato oficialista Daniel Peralta.

La marcha de este mediodía organizada para repudiar la homicida embestida del ultrakirchnerista Daniel Varizat contra trabajadores santacruceños, derivó en previsibles piedradas contra la Casa de Gobierno de Santa Cruz.

Información en www.lapoliticaonline.com.ar

El cristinismo, el álgebra y la aritmética






Tal vez la Casa Rosada considere que el episodio de la valija con 800.000 dólares pasará al olvido después de que los dos gobiernos involucrados –Argentina y Venezuela- hubieron echado lastre por la borda. Néstor Kirchner se desprendió muy pronto de su encargado de negocios de facto ante Caracas, Claudio Uberti, y reclamó que el régimen chavista compartiera el gasto con una medida compensatoria, que finalmente obtuvo: el viernes se dio por aceptada la renuncia de Diego Uzcategui Matheus, presidente de la filial argentina de Pdevesa, la petrolera estatal venezolana, y mano derecha de Rafael Ramírez, el poderoso ministro de Energía y Petróleo de Hugo Chávez.
Sin embargo, es improbable que un expediente como el que se abrió en el Aeroparque porteño en la madrugada del sábado 4 de agosto sea archivado por el mero alejamiento de dos adláteres. El cargamento irregular de casi un millón de dólares estadounidenses luce como la pista de una vasta operación de lavado de dinero. Y el lavado es un delito minuciosamente investigado por el poder internacional, porque suele ser el síntoma revelador de males mayores: crimen organizado, narcotráfico, terrorismo, corrupción. Fue a instancias de la preocupación internacional por esas amenazas que, a principios de siglo, en el país se puso en marcha la Unidad de Información Financiera (UIF), una organización de inteligencia sobre la que algunos sectores oficialistas han procurado asentar sus reales y que soporta en estos días una crisis de conducción.

Esta semana, Adrián Ventura, en La Nación, apuntó un dato que permite comprender por qué, pese a los gestos simétricos de Caracas y Buenos Aires, el tema de la valija difícilmente deje de estar en la agenda política. “La UIF es un organismo argentino que forma parte de una red internacional de lucha contra el lavado de dinero. Según una fuente con contactos en ese mundo, fue una agencia de inteligencia extranjera la que anotició a las autoridades de Aeroparque sobre la llegada del maletín venezolano. Ante una advertencia categórica y clara, la valija fue secuestrada”. Es plausible conjeturar que la “advertencia categórica y clara” no se limitó al secuestro de la valija, sino a la necesidad de tirar de ese hilo conductor para descubrir todas las implicancias y ramificaciones del operativo. La frecuencia de los vuelos especiales venezolanos a Buenos Aires y de las visitas a Carcas de personajes como Uberti, en su rol de encargado de negocios de facto se suman al hecho de que la mayoría de unos y otros vuelos dejaran a sus pasajeros en la llamada “zona militar” del Aeroparque, punto de arribo y de partida de los vuelos presidenciales, cuyas instalaciones no cuentan con escáneres. “En ese sector especial –informó La Nación- pidió detenerse hace dos semanas el chárter aéreo que trajo al en ese momento director del Occovi, Claudio Uberti, y a sus acompañantes, entre ellos, el misterioso Guido Alejandro Antonini Wilson. No pudo hacerlo porque no había lugar para estacionar el avión de Royal Air”. También Horacio Verbitzky, en Página 12, señaló ese dato: “El Gerente de Coordinación de Royal Class, Flavio Mansilla, solicitó que se habilitara la Terminal Sur para el arribo del Citation X N5113S”. Al hacerlo –agrega el columnista- indicó que el vuelo traía “pasajeros de la Presidencia Argentina”.
Pero ese sábado esa terminal estaba ocupada con otros aparatos y el avión de Royal Class no fue autorizado a parar allí. Según La Nación, Uberti había usado “repetidamente el sector militar en la llegada de sus viajes al exterior en vuelos chárteres. Si esta vez hubiese ocurrido lo mismo, la valija de Antonini Wilson no sería famosa, simplemente porque ante la ausencia de escáneres nada hubiera delatado los fajos de billetes”. Conviene no confundirse, sin embargo: el azar no siempre es caprichoso.

La irrupción del cristinismo

En rigor, hay sectores del oficialismo convencidos de que el azar no tuvo nada que ver con el episodio de Aeroparque; adictos a las explicaciones conspirativas, imaginan más bien que fue una expresión de la lucha interna entre pingüinos auténticos y cristinistas, dos bandos virtuales en que últimamente se fracciona el oficialismo que tienden a agrupar, respectivamente, a los que creen que serían despedidos en una eventual administración de la señora de Kirchner y a quienes creen que formarán parte de ella. Alberto Fernández (a quien los rumores enrolan en el bando cristinista) no deja de proclamar su inocencia cada vez que un suceso complica la vida de su colega de gabinete Julio De Vido, epítome de pingüinismo puro y duro.
Si bien se mira, aunque la situación de la valija haya estallado por causas diversas, el episodio inevitablemente se inscribe en esa incipiente lucha fraccional. Los cristinistas tienden a interpretar el “cambio que recién empieza” como una promesa de puestos que quedarán vacantes después de apartar de ellos a personajes mediáticamente vulnerables, como Uberti. Verbitzky –periodista y asesor oficial- transcribe fragmentos de una conversación muy ilustrativa (y lo hace con tanto detalle como si él mismo hubiese sido testigo o parte):
“–El nuevo mandato es la oportunidad de oxigenar el gobierno. Julio no puede seguir.
–No se equivoquen, que quienes le apuntan a él atacan a Kirchner.
–Seguro. Por eso tiene que irse. Le apuntan y le pegan siempre.”

En verdad, el cristinismo no parece ser otra cosa que una operación de lavado del kirchnerismo, un maquillaje destinado a pasar mejor el escrutinio de los sectores bienpensantes. Inclusive eso es aun más una conjetura que una evidencia, ya que la candidata oficialista se cuida mucho de incluir elementos de la realidad en su discurso. Prefiere un tono, digamos, docente y abstracto, como el de su discurso la tarde de presentación de la fórmula oficial, que completa el gobernador de Mendoza (un radical K). Esa tarde la señora de Kirchner ofreció algo parecido a una clase de instrucción cívica para aludir a esa nueva versión de la Alianza, unida por el pegamento de la Tesorería, que ha tomado el nombre Concentración Plural después de abandonar el de Transversalidad. La primera dama no está, obvio, en condiciones de pedir explicaciones al gobierno del que ella forma parte protagónicamente por el escándalo de la valija. Tiene que atenerse a la historia oficial, a las excusas oficiales, a los pequeños sacrificios oficiales (como el de Uberti y el de la joven Victoria Bereziuk, otra de las viajeras frecuentes a Caracas). No puede avanzar más: lo de ella (en relacióncon el gobierno) no es cirugía estética, es apenas maquillaje liviano. Más sombra que delineador.
Tampoco hay programa, sólo generalidades. Y eso que la realidad presenta muchos interrogantes. El vertiginoso ascenso del índice de riesgo país de la Argentina en medio del torbellino financiero internacional es un inequívoco signo de vulnerabilidad. ¿Qué respuestas ofrece la señora a esos desafíos? Misterio.
Por otra parte, a veces las abstrusas generalidades que le acerca algún politólogo amigo y que ella despacha con tono doctoral o con puño crispado desde su atril de campaña, le vuelven a la señora como boomerangs. En Río Gallegos, donde hacía meses que no podía pisar una de sus residencias, la primera dama y candidata se indignó el viernes contra la violencia. Casi a la misma hora, uno de sus amigos santacruceños, funcionario local, provincial y nacional de su esposo –Daniel Varizat- lanzaba su cuatro por cuatro Grand Cherokee contra un sector de la manifestación de unos tres mil santacruceños que protestaba contra el doctor Kirchner y sus delegados del gobierno provincial. Varizat dejó un tendal de heridos, cuatro serios y uno de gravedad. Alguna vez la primera dama deberá descender del álgebra a la aritmética para ponerle un nombre concreto a los males generales que enumera. Se encontrará, seguro, con muchos apellidos de gente próxima.

15/8/07

Cristina no es Perón y Cobos no es Balbín


UN COMENTARIO DE VICTOR LAPEGNA SOBRE
EL LANZAMIENTO DE LA FORMULA OFICIALISTA

La candidata a presidente por el Frente para la Victoria, Cristina Fernandez de Kirchner, al hablar en el acto del Luna Park en el que se presentó la fórmula en la que la acompaña el ex radical mendocino Julio Cobos como candidato a vicepresidente, aludió al encuentro entre Ricardo Balbín y Juan Domingo Perón como antecedente histórico de la concertación (¿habrá que llamarla koncertación?) entre los K que proceden del pronismo (como ella misma) y los K que proceden del radicalismo (como Cobos).
La referencia impone algunas aclaraciones, en homenaje a la verdad histórica y a la ubicación política.
La primera aclaración, aunque obvia, resulta imprescindible: Cristina no es Perón, no lo puede ser y ni siquiera parece que quiera serlo y Cobos no es Balbín, no lo puede ser y carece de importancia si quiere o no quiere serlo.
La segunda precisión, menos obvia, consiste en tratar de entender el sentido histórico y político esencial que tuvo aquella reconciliación entre los dos veteranos dirigentes del justicialismo y del radicalismo y una pista importante para esa comprensión la brinda una frase del recordado discurso de Balbín al despedir los restos mortuorios de Perón: “un viejo adversario viene a despedir a un amigo”.
En 1972, cuando Balbín saltó la tapia de la casa de la calle Gaspar Campos para reunirse con Perón y concretar el abrazo histórico entrambos, lo que estaban diciendo a todos es que, sin dejar de ser adversarios políticos, estaban dispuestos a hacerse amigos y dejar atrás los enconos del pasado, que no eran leves.
Recordemos que en 1952, siendo presidente, Perón había dispuesto que lo metieran preso a Balbín, entre otros motivos para que creciera su figura como líder de la oposición radical, entendiendo que era un rival menos sólido que Arturo Frondizi, quien disputaba al “Chino” la jefatura de la UCR.
Balbín, por su parte, había respaldado el golpe de Estado del 16 de septiembre de 1955 y al gobierno dictatorial de Pedro Eugenio Aramburu y en 1963 accedió a que Arturo Illia asumiera la Presidencia después de unas elecciones en las que la fórmula de la UCR apenas había recibido el 23 por ciento de los votos y en la que el peronismo había sido proscripto.
Finalmente, en 1966, una parte del peronismo acompañó el golpe de Estado que derrocó a Illia y llevó a la presidencia al general Juan Carlos Onganía, interpretando así la consigna de Perón que aconsejaba “desensillar hasta que aclare”.
Bastan estos ejemplos para mostrar que Perón y Balbín se habían enfrentado no ya como adversarios, sino como enemigos políticos y que uno y otro habían apelado al recurso de la violencia, tolerando que se vulnerasen la Constitución y la ley para dirimir sus disputas.
Por eso, con el abrazo que se dieron en 1972, Perón y Balbín estaban diciendo implícitamente a todos que seguirían siendo adversarios políticos, cada uno orgulloso portador de la identidad específica que los diferenciaba, pero que renunciaban al recurso de la violencia y asumían su disposición a ser esclavos de la ley, asumiendo esos principios arquitectónicos de la lucha política en democracia y por eso, sin dejar de ser adversarios, podían ser amigos.
De ahí que, en las elecciones de septiembre de 1973, Perón fue candidato a presidente en la fórmula del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) en la que la candidata a vicepresidente era su esposa, María Estela Martinez de Perón y enfrentó a Balbín, quien encabezó la fórmula presidencial de la Unión Cívica Radical (UCR), en la que Fernando De la Rúa lo acompañaba como candidato a vicepresidente.
El abrazo de Perón y Balbín, en consecuencia, fue un gesto de mutua aceptación de las diferencias entre uno y otro, de respeto a la identidad respectiva que, haciéndoles ser adversarios, no les impedía ser amigos.
Es sabido que aquel gesto de madurez democrática y de amor al otro que es y sigue siendo diferente protagonizado por Perón y Balbín en 1972, no fue debidamente entendido y asumido por quienes éramos seguidores de uno y otro y en esa pequeñez ante la grandeza reside una de las causas de la historia trágica que los argentinos vivimos después del 1 de julio de 1974, incluido el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, dado apenas siete meses antes de las elecciones presidenciales que estaban convocadas para octubre de aquel año.
Vista así aquella experiencia histórica, parece innecesario subrayar que de ningún modo puede ser considerada un antecedente histórico de la actual concertación (¿o koncertación?), en la que quienes se asumen como K tienden a renunciar a la identidad peronista y radical que tenían y a considerar enemigos a quienes no aceptamos dejar de ser radicales a la manera de Balbín y peronistas a la manera de Perón.

Víctor Lapegna
Buenos Aires, 15 de agosto de 2007,Día de la Asunción al Cielo de la Inmaculada Virgen María

Kirchner: Al frente por la Victoria

CONOZCA A LA VICTORIA COMO LA CONOCE EL PRESIDENTE

       

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El Presidente celebra. El chavizta Antonini ya no está en el país. Su esposa Cristina F. ya lanzó la fórmula oficialista. Uberti medita en un country y no será convocado por la Justicia por varios meses. ¿Y la Victoria? Victoria Carolina Bereziuk (arriba izquierda) es la agraciada secretaria que viajó desde Venezuela acompañando el attaché con 800.000 dólares. Uberti la cubría, la primera dama la odia, Kirchner va al frente por la Victoria.

11/8/07

Agosto, un mes cruel



El sábado 4 de agosto no fue un día feliz para Néstor Kirchner.El primer disgusto de esa mañana no fue contemplar por televisión, desde la residencia de Olivos, las tribunas de la Sociedad Rural pobladas de carteles adversos a su gobierno y escuchar el crítico discurso del presidente de la tradicional entidad, Luciano Miguens. Antes de esos malos tragos había apurado otro, más tempranero. Su amigo Claudio Uberti, formal responsable de supervisar y licitar rutas nacionales y encargado de facto de sostener negocios y relaciones con la Venezuela chavista, le había informado de un inconveniente ocurrido en el Aeroparque Jorge Newbery, al regresar de Caracas en un avión alquilado. El ánimo presidencial no era de los mejores cuando observó en la pantalla al secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, cuando aplaudía diplomáticamente el discurso de Miguens. “¡Llámenlo y díganle que salga de ese palco ya mismo!”, gritó. De inmediato en la pantalla se reflejó la fuga del secretario.
El titular de la Sociedad Rural había dicho cosas muy fuertes en defensa de su sector, particularmente de la maltratada ganadería, y había ido más lejos: “Cuando el actual gobierno asumió –evocó, por caso-, se requería una cosecha para equiparar el gasto público, mientras que ahora se requieren por lo menos tres cosechas(…) El derecho a trabajar y ejercer toda industria lícita, a transitar libremente, a comerciar, a publicar ideas sin censura, a disponer de la propiedad y a asociarse con fines útiles son condiciones no sólo para invertir, sino necesarias para convivir”, había agregado Miguens. Y también: “Sin los valores esenciales que supieron ser los de nuestros padres estaremos a merced de la arbitrariedad de líderazgos sin sustancia ética”.
En la Residencia de Olivos se respiraba irritación. Kirchner instruyó al jefe de gabinete para que él, Aníbal Fernández y el sucesor de Felisa Miceli respondieran con dureza los conceptos de Miguens y para que se lanazara a intendentes propios y dirigentes empresarios y gremiales amigos a golpear contra la Sociedad Rural en particular y el campo en general. “Hay que aislarlos rápidamente”, reclamó.
El enérgico discurso de Miguens, que reflejó el malestar del campo, fue interpretado por la Casa Rosada en clave política: la estrategia del miedo, que fue útil para disciplinar al empresariado durante un largo período, pierde eficacia a medida que la sociedad incrementa su hastío y a medida que más amplios sectores sectores descubre el paulatino debilitamiento oficial. Todo un problema para un Kirchner a quien el temor le ha resultado extremadamente funcional.



La otra mala noticia

La mala noticia que le había adelantado bien temprano su amigo Uberti parecía, entretanto, contenida. En la fría madrugada de ese sábado, la diligencia de agentes aduaneros y miembros de la policía aeroportuaria había descubierto un maletín con 800.000 dólares en billetes no declarados, entre el equipaje descargado del impecable Cessna Citation alquilado por la empresa estatal ENARSA en el que habían arribado el presidente de esa compañía, Ezequiel Espinosa, el shadow ambassador Uberti, una agraciada muchacha argentina, Victoria Bereziuk, y cinco venezolanos. Al parecer, la sorprendente aparición del cargamento había conseguido encuadrarse como una mera infracción aduanera. Eso sí: resolver el asunto resultaría caro –esa “infracción” se multa con un importe igual a la mitad de lo que pretende introducirse irregularmente-, pero parecía posible eludir el escándalo político y mediático y asordinar los sucesos ocurridos en el Aeroparque, las discusiones con los empleados aduaneros, las amenazas, el intento de cohecho. El ruido de la Rural, inopinadamente, tenía un costado favorable: atraía la atención periodística hacia otro punto.
Pero el lunes 6 la situación llegó a los medios: ese día se supo que “un venezolano” había tratado de introducir irregularmente esa suma y que había invocado formar parte de la “misión de avanzada” destinada a preparar la inminente visita del Presidente de Venezuela, Hugo Chavez. Al día siguiente, Ambito Financiero informó que Claudio Uberti, hombre de confianza del ministro Julio De Vido y del presidente Kirchner, había volado en ese avión. Ese mismo martes se supo que el avión Cessna había sido alquilado a la empresa argentina Royal Class, que la estatal ENARSA había pagado más de 90.000 dólares por ese vuelo, y que un venezolano llamado Guido Alejandro Antonini Wilson había asumido la titularidad del maletín con los dólares. Todavía no había trascendido que, en el Aeroparque, les había gritado a los policías aeroportuarios: “¡Llévense el dinero: yo soy un soldado. No me van a sacar de dónde viene ni adónde va!”. La embajada venezolana y el propio Chávez desmentían que el gobierno venezolano tuviera algo que ver con el dinero del maletín o con su portador, auqneu lo cierto es que los otros cuatro venezolanos llegados en el Cessna eran miembros de la petrolera estatal venezolana Pedevesa. El gobierno argentina mantenía su hermetismo. Recién empezó a quebrar ese silencio el miércoles, con un comunicado de prensa de ENARSA, en el que reconocía su responsabilidad en el vuelo, justificaba el viaje en el hecho de que su titular, Ezequiel Espinosa debía suscribir un acuerdo en Caracas y daba la lista de pasajeros.

Hacer de la necesidad, virtud

Al día siguiente, jueves 9, cuando ya era evidente que la antigua ilusión de mantener contenida la información se había desvanecido, cuando la noticia y las dudas recorrían los medios de muchos países y la prensa reclamaba explicaciones, el presidente, a través de Julio De Vido, renunció a Claudio Uberti. “Cometió un error”, explicó el ministro.
Kirchner tenía agendado para ese mismo jueves por la tarde un acto que Uberti debía coprotagonizar. El presidente quiso, en principio, evitar esa foto. Después de ejecutar a Uberti, Kirchner salió a transformar la necesidad en virtud y exhibió esa descarga de lastre como una prueba de que su gobierno “combate la corrupción”. No explicó, eso sí, la demora oficial.
En cualquier caso, por otra parte, el apartamiento de Uberti está lejos de cerrar el asunto; el gobierno debe dar más explicaciones sobre estos hechos que –la forzada renuncia de Uberti es una confesión de parte- implican graves irregularidades. ¿Por qué motivo se debe ir Uberti y el gobierno sostiene, en cambio, a Ezequiel Espinosa? Este es, después de todo el responsable de alquilar el avión en el que viajaron el venezolano Antonini y la valija repleta de dólares. No parece razonable dar por sentado que el rol de facto de Uberti (canciller paralelo para Venezuela) se sobreponga a las obligaciones legales de Espinosa. Puede ser que Uberti tuviera más mando de que el presidente de ENARSA por la cuantiosa naturaleza de sus funciones prácticas, pero las obligaciones legales en este caso ponen a Espinosa por encima.
Además, si se trataba de volar a Caracas para “suscribir un acuerdo sobre infraestructura para el suministro de gas licuado”,¿no le alcanzaba a Espinosa con un pasaje de primera clase en una aerolínea comercial, si quería viajar lujosamente?

La intervención venezolana


Más asuntos para dar explicaciones: puesto que el gobierno, en su primer reflejo defensivo, procuró echar las culpas del maletín con dólares al gobierno venezolano, ¿hará alguna movida diplomática en ese sentido? ¿Reclamará acciones? ¿Preguntará cómo puede ser que las autoridades aeroportuarias y aduaneras venezolanas hayan permitido sacar ese dinero, en un avión argentino, de un país que ejerce un riguroso control de cambios? ¿Reclamará, así sea para cubrir formas, que le expliquen cuál era el destino de los fondos? ¿Investigará para averiguar si el portador del attaché es o no un miembro de la inteligencia o la guardia de confianza de Hugo Chávez?
Cuando se reunió con Chavez en Bolivia, el viernes, Kirchner, “era evidente –lo señala el diario oficialista Página 12- que Kirchner y Chávez necesitaban ponerse de acuerdo en la manera de encarar el problema”. En público, ambos eludieron pronunciarse, pero en privado Kirchner le pidió a su amigo venezolano que el gobierno bolivariano hiciera algún gesto que contribuyera a distender la situación. A Chávez tampoco le resulta económica la crisis, pero instruyó a su ministro de Finanzas para que dijera algo. Rodrigo Cabezas, el titular de esa cartera, reflexionó sobre la circunstancia “poco común” de que alguien hubiera podido salir de Venezuela con un maletín con 800 mil dólares. En Venezuela rige el control de cambios. Por su parte, el vicepresidente segundo del Congreso de Venezuela, el diputado obviamente chavista Roberto Hernández, pidió la renuncia de los directivos de la petrolera estatal. No sólo en Argentina hay sectores del oficialismo que procuran capitalizar las dificultades de sus correligionarios.
El misterio del maletín con los 800.000 dólares suma una nueva dificultad al gobierno en vísperas electorales, en particular en su relación con la opinión pública. Ningún medio puede sustraerse a un caso tan escandaloso. Varios diarios le entregaron sus primeras planas al asunto. El viernes 10, por ejemplo, el diario Clarín ocupó desde la página 1 a la 14 en una cobertura que llevaba por título general La sombra de la corrupción. Casi todo ese espacio estaba dedicado al tema del maletín, aunque una página se ocupaba de la imputación judicial de la secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti. El listado de casos que golpea al gobierno en los últimos meses no es pequeño: el intento de pago disimulado de 200 millones de dólares al grupo Greco, los sobreprecios en la obra pública, el caso Skanska, la bolsa de dinero de la ministra Micelli, ahora el maletín del Aeroparque…”Parece haber una matriz de larga data –escribió Julio Blanck, el jefe de la sección política de Clarín- que ahora entra en eclosión y sale a la superficie sin pudores”.
Para colmo, en este caso, como reza la cueca “dos puntas tiene el camino”. Basta escuchar a la punta venezolana para comprender que será difícil mantener extensamente los secretos.

Historia en dos ciudades

El diario Tal Cual de Caracas, ha señalado que “las primeras sospechas de los guisos alrededor de los convenios bilaterales entre la Argentina y Venezuela se levantaron poco después de la firma de los acuerdos de 2004 (…) fuentes de Pdevesa revelan que los funcionarios designados para crear y operar la oficina de la petrolera en la Argentina comenzaron a recibir invitaciones para negocios paralelos (…)Al principio sólo eran orientaciones de Julio De Vido y Claudio Uberti: compren aquí, hablen con estas personas, vayan allá(…) la situación desbordó…”
Desborda no sólo por las indicaciones de negocios de De Vido y Uberti. El régimen de Chávez es muy observado por organismos de inteligencia política y de inteligencia financiera. Uno de ellos, por ejemplo, ha ofrecido a sus clentes y suscriptores interesantes análisis y consejos sobre el régimen de Chávez. World Check es un organismo de inteligencia financiera que se ocupa de seguir la traza de fondos considerados sospechosos por su origen (droga, terrorismo, corrupción). Esta entidad, con una década de vida y una base informativa que d servicio a bancos, agencias oficiales y servicios de inteligencia de más de un centenar de países acaba de alertar acerca de la emisión de bonos argentinos que Chávez compró por valor de 1.000 millones de dólares. En el informe dirigido a sus clientes banqueros, World Check escribe: “Quienes siguen la estructura financiera latinoamericana pueden recordar que Venezuela ya ha adquirido 4.000 millones de dólares en bonos argentinos. Lo que no es conocido públicamente es que en las anteriores compras, ciertos banqueros, arbitraria e ilegalmente dedujeron sustanciales “charges and fees” para sus propios caudales. Ellos podrían estar tratando de depositar esas ganancias mal habidas en los bancos de Ustedes. ¿Se trataría de lavado de dinero? ¿Qué les parece?”.
El organismo de inteligencia advierte sobre la inconveniencia de “aceptar nuevas y grandes sumas durante lo que resta del 2007 sin concretas y verificadas evidencias y pruebas del origen de esos fondos” y menciona el intento de introducción de 800.000 dólares ilegalmente en Argentina. “En Venezuela cunden versiones que afirman que el efectivo iba a ser una contribución ilegal del gobierno de Chávez a la campaña presidencial de la señora Kirchner”.
En apenas una semana el gobierno del doctor Kirchner se ha visto golpeado por distintos vendavales. Por eso, contra ciertos análisis panglossianos que miran el tiempo que resta hasta octubre como un viaje tranquilo hacia la victoria oficialista, en la mesa de arena de Olivos no se trabaja con la idea de “la victoria abismal” que predicen las encuestas electorales, sino con la de conjurar aceleradamente las amenazas de crisis política que se multiplican, alentadas por la inflación, la situación energética, los escándalos y los conflictos abiertos y avivados continuamente por la práctica confrontativa del Presidente.
Agosto es un mes cruel. ¿Cómo será septiembre?
¿Y octubre?

(Este artículo se publica en La Capital de Mar del Plata, domingo 12 de agosto de 2007)

10/8/07

El crac del 29 empezó igual


AGUSTIN MONTEVERDE ANALIZA LAS TURBULENCIAS
FINANCIERAS QUE AGITAN LA ECONOMIA MUNDIAL

«El problema está circunscripto al mercado inmobiliario estadounidense, y se trata de un temblor pasajero, ajeno a nuestro país.» Hasta aquí, palabras más, palabras menos, las declaraciones de la mayoría de los analistas y financistas durante las últimas semanas.
Pero fue precisamente una baja en el mercado de bienes raíces, «circunscripta» al estado de Florida, por donde comenzó a asomar lo que dio en llamarse el «crac del 29».
Lo que hoy ocurre en EE.UU. -expresado en términos simples- es que el costo de los créditos hipotecarios ha crecido por encima del valor de los inmuebles, impulsando la venta masiva de diferentes activos para cubrir el quebranto.
Y este fenómeno tiene alta probabilidad de dar paso a una etapa de progresiva desaceleración global.
En primer lugar, la realimentación de pérdidas, el efecto multiplicador del apalancamiento, el contagio a otros sectores y mercados, profundizan y prolongan la caída de los activos. Lo que es peor: aún restan producirse muchas ventas de inversores que demoran la decisión para no cristalizar las pérdidas sufridas.
En este contexto, los bancos representan uno de los sectores más castigados por la caída de la liquidez. Bancos norteamericanos, alemanes y ahora franceses anuncian pérdidas importantes sólo por la caída de los valores hipotecarios. El gobierno alemán y el BCE han debido salir al rescate.
La caída del sector hipotecario contraerá inevitablemente el gasto de consumo -principal componente del PBI estadounidense- y provocará una desaceleración de magnitud en el crecimiento de esa economía.
Las gruesas pérdidas que sufren los hedge funds los obligan a desprenderse de toda clase de activos financieros, estén o no ligados al sector inmobiliario.
Ante la pérdida de valor de los subyacentes, la obligación de reponer márgenes está forzando a los inversores a liquidar activos a precios cada vez más bajos.
Las compras apalancadas de empresas y las compañías que en estos años se endeudaron con el objeto de recomprar acciones sufren particularmente la suba de las tasas.
La desaceleración estadounidense se hará manifiesta en el segundo semestre. En julio, el desempleo creció una décima, a 4,6%.
La caída del consumo inter-no -ayudada por la desvalorización del dólar-y de la actividad en los EE.UU. -que representa un tercio del PBI mundial-se reflejarán en una reducción de los flujos comerciales y ralentización a nivel global.
Quienes afirman que la Argentina estará ajena a una crisis externa sostienen que nuestra economía exhibe hoy una serie de puntos fuertes, como la situación fiscal, el superávit comercial y la posición de reservas.
Sin embargo, un análisis cuidadoso podría marcar más vulnerabilidades que fortalezas ante el nuevo escenario internacional.
En primer lugar, la situación fiscal está lejos de protegernos de los sacudones externos.
El superávit fiscal -es tal si y sólo si no se computan las compras de divisas-está basado en una estructura tributaria distorsiva y muy dependiente del contexto internacional. El gasto crece 20 puntos porcentuales por encima de los ingresos y la contrarreforma previsional -pan para hoy, hambre para mañana-nos asegura que el deterioro será progresivo. El nuevo subsidio jubilatorio para quienes no cumplen con los aportes exigidos ha incrementado el gasto en jubilaciones en 1,3% del PBI.
Tan solo durante el año próximo, y en el marco de una fuerte retracción de la liquidez, deberemos cubrir necesidades de financiamiento por u$s 7.000 millones.
En cuanto al superávit comercial, muestra también una tendencia declinante: en los siete primeros meses del año, las importaciones crecen cinco veces y media más rápido que las exportaciones.
El inicialmente alto tipo de cambio real -supuesto sostén de la competitividad comercial- ha sido horadado por una inflación que se acelera.
Y ya no hay espacio para una «devaluación competitiva»: lejana ya la depresión de 2000, toda devaluación se trasladará inmediatamente a los costos de los factores y a los precios de los bienes.
En cuanto a las reservas internacionales, poco menos de la mitad fueron compradas con deuda tomada por el BCRA a plazo promedio de un año.
Pero debido a la fuerte caída de su valor de mercado, el Central se ha visto obligado en los últimos días a hacer multimillonarios rescates de letras para evitar reconocer el abrupto salto en la tasa de financiamiento y -más importante-devolver liquidez a los bancos y no perjudicar su balance.
¿Cómo puede ser entonces, frente a este panorama, que muchos hombres de mercado hablen de «buenos precios para reingresar»? O que nuestros gobernantes propongan «profundizar el modelo»...
No debiera sorprendernos. Ya J.K. Galbraith advirtió, al estudiar la crisis del 29, que la «repugnancia para reconocer que todo ha cambiado» fue una constante de todos los finales de fiesta. Es que... el show debe seguir.

(Publicado en Ambito Financiero el viernes 10 de agosto)

9/8/07

El maletín de Pandora

DESPUES DE UNA SEMANA DE HERMETISMO, KIRCHNER QUIERE HACER DE LA
NECESIDAD VIRTUD Y SE DESPRENDE DE UBERTI. HABRA MAS NOVEDADES.


El jueves 9 por la mañana, enfrentado al escándalo público por el maletín con los 800.000 dólares venezolanos, Néstor Kirchner se resignó a hacer de la necesidad virtud y se desprendió de su amigo Claudio Uberti, quien hasta el momento había funcionado como su contacto personal con el sistema de poder y negocios del régimen de Hugo Chávez.
Kirchner tenía agendado para ese mismo jueves por la tarde un acto que Uberti debía coprotagonizar. El presidente quiso, en principio, evitar esa foto. Después de ejecutar a Uberti, Kirchner salió a exhibir esa descarga de lastre como una prueba de que su gobierno “combate la corrupción”. Olvidó admitir que el hecho (el arribo del maletín con la fortuna venezolana) había ocurrido el sábado por la madrugada, que sólo trascendió por la curiosidad periodística y por la denuncia de un ciudadano, y que hasta el miércoles el gobierno lo silenció con su hermetismo.
Por otra parte, el apartamiento de Uberti está lejos de cerrar el caso. El gobierno debe dar todavía explicaciones sobre estos hechos que –la forzada renuncia de Uberti es una confesión de parte- implican graves irregularidades.
El sitio La Política on Line se pregunta, por ejemplo, por qué el despido “no incluye al titular de Enarsa, Ezequiel Espinoza, después de todo el responsable de alquilar el avión en el que viajó el venezolano Antonini con una valija rebosante de dólares”.
Es Enarsa, antes que Uberti, el responsable del vuelo. Si Uberti fue echado, ¿por qué se preserva a Espinosa?
Además, por cierto, no se entiende por qué, para “suscribir un acuerdo sobre infraestructura para el suministro de gas licuado”, la empresa estatal alquiló un avión en el que iba a viajar sólo una persona de la compañía, su Presidente. ¿No le alcanzaba a Espinosa con un pasaje de primera clase en una aerolínea comercial, si quería volar lujosamente?
No se explica tampoco porqué, con qué motivos funcionales, en ese vuelo a Caracas, ida y vuelta, viajaron, en cambio, dos personas de un ente que se dedica a regular y supervisar las rutas nacionales argentinas: Uberti y la señorita Victoria Bereziuk, descripta en el comunicado de Enarsa como personal “de relaciones públicas y apoyo administrativo”.
Agrega La Política on Line: “Lo que no se entiende es por qué esta nueva doctrina de echar funcionarios por errores no especificados no alcanzó a Espinoza, salvo que el gobierno tenga más información de la que ofreció sobre la relación de Uberti con la valija repleta de dólares, a esta altura casi un símbolo del kirchnerismo, que según confió tiempo atrás una fuente del poder a La Política Online, exige siempre efectivo en sus distintas negociaciones, porque ‘los depósitos en cuentas del exterior después del atentado a las Torres ya no son seguros, todos los bancos. llegado el caso rompen el secreto bancario.
Tampoco alcanzó la guadaña a Victoria Bereziuk, una joven empleada de Planificación, quien según el portal Urgente 24 tiene una relación de extrema cercanía con el presidente Néstor Kirchner”.
Más asuntos para investigar: puesto que el gobierno, en su primer reflejo defensivo, procuró echar las culpas del maletín con dólares al gobierno venezolano, ¿hará alguna movida diplomática en ese sentido? ¿Reclamará acciones? ¿Preguntará cómo puede ser que las autoridades aeroprtuarias y aduaneras venezolanas hayan permitido sacar ese dinero, en un avión argentino, de un país que ejerce un riguroso control de cambios? ¿Reclamará, así sea para cubrir formas, que le expliquen cuál era el destino de los fondos? ¿Investigará para averiguar si el portador del attaché es o no un miembro de la inteligencia o la guardia de confianza de Hugo Chávez?
Echar lastre soltándole la mano a Uberti está muy lejos de cerrar el caso del maletín misterioso. Más bien le ha dado otra dimensión, al admitir que personas muy cercanas al Presidente “algo habrán hecho”. Seguirán surgiendo novedades del maletín de Pandora.

8/8/07

El misterio del attaché venezolano con 800.000 dólares

 
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EL KIRCHNERISTA CLAUDIO UBERTI, "MANO IZQUIERDA" DE DE VIDO,
VOLÓ DESDE CARACAS CON EL VALIJERO Y ES INVESTIGADO POR LA JUSTICIA


La historia de la bolsa con decenas de miles que Felisa Micelli dejó olvidada en su baño, cuando todavía era ministra de Economía (es decir: antes de que la prensa diera a publicidad el episodio y la Justicia interviniera), parece destinada a convertirse en un cuento infantil por comparación con el attaché de un millón de dólares chavistas que el sábado 4 fue descubierto en el Aeroparque Metropolitano, en circunstancias por demás misteriosas.
En la gélida madrugada del 4 de agosto aterrizó en el Jorge Newbery un avión privado procedente de Caracas. Entre los pasajeros de ese jet Cessna se contaban cinco venezolanos y dos argentinos. Uno de los pasajeros argentinos era Claudio Uberti, hombre de confianza del ministro Julio De Vido y titular del del Organo de Control de Concesiones Viales (OCCOVI), ente encargado de supervisar el cumplimiento de las obligaciones de las empresas concesionarias de rutas nacionales y también de licitar y subsidiar obras viales. Uno de los compañeros de vuelo de Uberti, un venezolano, de cuya identidad se hablará más abajo, intentó introducir ilegalmente en el país 800.000 dólares, en un maletín en el que declaró que había “sólo libros”. Los agentes aduaneros, que sólo controlaron por sorteo el equipaje de ese viajero, detectaron la maniobra y decomisaron el maletín y su contenido y retuvieron por un rato a su portador mientras llenaban formularios; el resto de los pasajeros del Cessna dejaba entretanto la semidesierta estación aérea.
Sólo 48 horas más tarde, por una información periodística de la emisora de cable TN, el episodio trascendió. Las autoridades nacionales no sólo no habían dado a conocer el hecho a la opinión pública, sino que tampoco habían dado información a los tribunales. Según la información periodística, recabada en el Aeroparque, el misterioso portador del dinero dijo aquella madrugada ser miembro de la “misión avanzada” de apoyo a la inminente visita del presidente de Venezuela, Hugo Chávez y, según trascendió más tarde, hasta comentó en tono de chanza que los 800.000 dólares estaban destinados a un importante receptor oficial. Durante el lunes 6 y el martes 7 el hermetismo oficial fue absoluto. Hugo Chávez, que había estado reunido largamente con Néstor Kirchner y su esposa y candidata presidencial, fue una suerte de portavoz cuando recibió a la prensa antes de viajar a Uruguay. Negó (ya lo había hecho su embajada) que el valijero fuera un funcionario de la delegación venezolana y aseguró que la situación era “obra del Imperio”, que pretendía perturbar sus viajes. Entretanto, la inteligencia venezolana empezaba a filtrar en Caracas la presunta identificación del personaje que traía la fortuna: se trataría –circulaba la especie- de un empresario antichavista. Una versión que venía a reforzar la acusación presidencial.
El miércoles 8 por la mañana, cuando se supo que Claudio Uberti era uno de los pasajeros argentinos del Cessna privado, la versión lanzada en Caracas quedó en el plano de lo improbable: Uberti es uno de los argentinos más vinculados al régimen venezolano, tanto, que Kirchner estuvo por designarlo formalmente embajador antes de elegir para ese cargo (a pedido de Chavez) a Alicia Castro. Más allá de las formalidades y de sus responsabilidades sobre las rutas nacionales, Uberti funciona como un íntimo go-between entre el eje Kirchner-De vido y el caudillo venezolano, y como un reconocido abrepuertas de empresarios argentinos en el complejo mundo bolivariano. ¿Puede alguien creer que ese personaje compartiera el vuelo privado con un enemigo del régimen de Chavez?
La prensa venezolana ofrece información interesante. Asegura que el “hombre del maletín” ya estaría identificado: se trataría de un miembro activo de la Guardia Nacional de Venezuela –hoy rebautizada como Guardia Nacional Bolivariana-, una fuerza que se ocupa de resguardar las fronteras y el orden interno y que muchos en Venezuela consideran el arma de mayor confianza de Hugo Chávez. Otros agregan que el régimen encomienda a hombres de esa fuerza “transportar dinero a los países ‘amigos’ del presidente”. Según los periodistas venezolanos Marianella Salazar y Tulio Álvarez, conductores de un programa radial en la FM 99.1 de Caracas, el portador del maletín ya habría sido fletado a su país de regreso. De hecho, ni el attaché ni los dólares fueron reclamados aunque las autoridades aduaneras depositaron todo en una sucursal del Banco de la Nación Argentina en Ezeiza y encuadraron el caso bajo una figura leve, no delictiva, si bien penada con una multa equivalente a la mitad de la suma que se procuraba introducir irregularmente.
El gobierno no activó la intervención judicial. Esta fue promovida por la acción de un particular, quien reclamó que se investigara la participación del funcionario Claudio Uberti en el episodio y el destino que se había previsto para la enorme suma transportada desde Venezuela. No es forzada la conjetura de que el vuelo que llegó ese sábado a Palermo, tanto por el pasaje como por el contenido del attaché decomisado, contó con el amparo del gobierno de Chávez y la presencia de Uberti hace sospechar que el gobierno argentino podría haber estado al tanto de ese destino. La prensa venezolana señala que la certera requisa aduanera en el Aeroparque porteño fue inducida “gracias a un alerta que le pasaron a Migraciones”. Un alerta, ¿de quién? Habrá que suponer que movida desde alguno de los vastos sectores que militan en la oposición al régimen de Chavez.. Alguno con suficiente influencia.
El sostenido y embarazoso silencio del gobierno de Néstor Kirchner ante el episodio del attaché cargado de dólares, la presencia de un alto funcionario de su confianza en el vuelo observado así como la morosa información a la Justicia fatalmente se agregan a la categoría de incómodas situaciones que últimamente ha sido simbolizada por el llamado toiletgate. ¿Cómo se terminará nombrando a este caso? ¿Quizás el Chavezgate?

6/8/07

La guerra contra el campo





EL DISCURSO DE MIGUENS REVELA QUE YA NO
FUNCIONA LA ESTRAGIA PRESIDENCIAL DEL MIEDO



El sábado 4 de agosto, el presidente Kirchner y su jefe de gabinete, Alberto Fernández, ausentes del acto de inauguración de la Exposición Rural, en Palermo, lo seguían atentamente por televisión desde Olivos. Frente a la pantalla, el discurso del presidente de la Sociedad Rural, Luciano Miguens, era acompañado por interjecciones. “Vendimos nuestra cosecha de trigo a precios muy por debajo de los internacionales, merced a la cartelización impuesta por el gobierno –decía Miguens-; sufrimos la falta de combustible y energía como otros sectores de la población (…) nos afectan la falta de fertilizantes, la escasez de agroquímicos y semillas, insumos estratégicos necesarios para producir más (…) la política económica presenta problemas; el modelo actual necesita cambios (…) a la inflación se la debe combatir, no esconder (…) cuando el actual gobierno asumió, se requería una cosecha para equiparar el gasto público, mientras que ahora se requieren por lo menos tres cosechas(…) durante la actual administración la presión fiscal alcanzó cifras record históricas(…) el derecho a trabajar y ejercer toda industria lícita, a transitar libremente, a comerciar, a publicar ideas sin censura, a disponer de la propiedad y a asociarse con fines útiles son condiciones no sólo para invertir, sino necesarias para convivir(…) sin los valores esenciales que supieron ser los de nuestros padres estaremos a merced de la arbitrariedad de líderazgos sin sustancia ética”.
La irritación crecía en Olivos cuando alguna cámara mostraba los carteles que flameaban en las tribunas con consignas adversas al gobierno. Kirchner ya había hecho marcar el número del celular del secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, para ordenarle que no leyera ningún discurso en el acto. Explotó cuando vió a su funcionario aplaudir protocolarmente el discurso de Miguens. “¡Llámenlo y díganle que salga de ese palco ya mismo!”, gritó. De inmediato en la pantalla se reflejó la fuga del secretario.
El Presidente no quedó conforme con ese gesto. Instruyó al jefe de gabinete para que él, Aníbal Fernández y el sucesor de Felisa Miceli respondieran con dureza los conceptos de Miguens y para que se lanazara a intendentes propios y dirigentes empresarios y gremiales amigos a golpear contra la Sociedad Rural en particular y el campo en general. “Hay que aislarlos rápidamente”, reclamó. El manual de instrucciones incluiría, como es habitual, conversaciones con autoridades de medios y periodistas de la plantilla y la tercerización de mensajes telefónicos anti-campo a los programas de radio más difundidos.
En la mesa de arena de Olivos no se trabaja con la idea de “la victoria abismal” que predicen las encuestas electorales, sino con la de conjurar aceleradamente las amenazas de crisis política que se multiplican, alentadas por la inflación y los conflictos abiertos y avivados continuamente por la práctica confrontativa del Presidente.
El enérgico discurso de Miguens, que refleja el malestar del campo, es interpretado por la Casa Rosada en clave política: la estrategia del miedo, que fue útil para amordazar al empresariado durante un largo período, comienza a perder eficacia a medida que la sociedad incrementa su hastío y a, medida que más amplios sectores sectores descubre el paulatino debilitamiento oficial. Kirchner necesita que le teman y hará lo posible para conseguirlo.

3/8/07

La inflación y los buenos negocios de la familia K





Según el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saa, el precio por kilómetro de autopista es extremadamente variable en el país. “Un kilómetro de autopista en San Luis tiene un valor de $1,2 millones, mientras en Mendoza es de 3 millones y en Buenos Aires o Tucumán de 6 y 10 millones”. Semejantes diferencias, expuestas por un elevado representante institucional de la Argentina, deberían merecer la atención tanto de analistas económicos como de fiscales.
La frase del mandatario puntano encaja con precisión en aquella denuncia de Roberto Lavagna que apuntaba a los sobreprecios en la obra pública y que transportó al economista fuera del gobierno de Néstor Kirchner.
El caso Skanska gira alrededor de esa cuestión.
Justamente la empresa sueca (que está siendo investigada por pago de coimas en la concreción de obras públicas manejadas por el Estado) es señalada ahora por empresarios nacionales de la Patagonia como sospechosa beneficiaria, junto a un puñado de ejemplos del “capitalismo de amigos”, de contratos millonarios.
El diario Río Negro y el sitio de Internet La Política on Line reproducen la queja de la Cámara Patagónica de Servicios Petroleros, constitida por una docena firmas del Sur (Foxpetrol, Radial, Oilfield, Peduzzi, entre otras), que facturan en conjunto cerca de 500 millones de pesos al año y que se consideran marginadas de ciertas obras a las que hasta poco tiempos hubieran podido acceder. Los empresarios patagónicos señalan como beneficiarios actuales casi exclusivos a Skanska y el grupo Indalo, “presidido por el empresario K Cristóbal López”.
La Cámara Patagónica describe “los mecanismos que se estarían utilizando para beneficiar a esas empresas. Al parecer, a veces las firmas locales ganan las compulsas pero a través de alguna impugnación se adjudica a la que salió segunda y en otros casos groseramente ni siquiera las invitan a las licitaciones privadas (…)Los dirigentes de la cámara empresarial explicaron que, por ser las de mayor presencia en la provincia, las empresas que más ejercen esta práctica son YPF y Petrobras”, y, aunque se trata de empresas privadas, consideran que actúan de ese modo “por presiones emitidas desde la Casa Rosada”.
La cuestión de la transparencia en el manejo de los negocios públicos, que durante un período de auge económico motorizado por óptimas condiciones mundiales no pareció mellar la coraza de la popularidad presidencial, empieza a ser una de las preocupaciones de la Casa Rosada a medida que se aproxima la fecha de los comicios. Aunque las encuestas que trascienden le otorgan ventajas difícilmente remontables a la esposa del doctor Kirchner, candidata oficialista, el gobierno no se siente en condiciones de hacer la plancha. No está tranquilo. Y no sólo porque prefiera –como dijo la primera dama- la simbología “del puño crispado”. Teme, en rigor, que las consecuencias de sus propias decisiones se manifiesten en toda su intensidad antes del domingo electoral de octubre.
Los casos de desmanejo oficial – los nombramientos y extravagancias presupuestarias de la secretaria Piccolotti, los ladrillos de dinero de la ministra Miceli, las licitaciones de De Vido, los subsidios de Jaime- se vuelven más irritantes a medida que la inflación erosiona las economías domésticas y la previsibilidad. El Presidente teme pisar la capital de su propia provincia, que se encuentra en estado de rebeldía, pero sabe que no puede dejarle el campo libre a sus adversarios. Por eso viajó a Santa Cruz a hacer campaña y allí atacó al ex gobernador Sergio Acevedo, un hombre a quien él mismo había designado como titular de la SIDE antes de proyectarlo al gobierno santacruceño. Sucede que Acevedo cuestionó duramente la prórroga de concesiones petroleras apurada por los gobiernos nacional y provincial. Y sugiere prácticas corruptas. Hasta hace algunos meses el presidente habría optado por el ninguneo. Hoy es conciente de que los números favorables de las encuestas no lo protegen del ácido de una opinión pública que está volatilizándose.
La inflación no es inocente en esa volatilidad. Cuando un kilo de zapallitos cuesta lo que cinco litros de nafta, el pollo está tan alto como el pescado o la carne bovina y una pizza se vuelve plato de lujo tanto por el precio de la harina como por el del queso o los tomates, la gente empieza a ponerse nerviosa.
La irritación se incrementa si a la suba de los precios la acompaña una deformación tan burda de la verdad como las estadísticas del INDEC, que para colmo son públicamente desnudadas por las cifras que emiten los Institutos estadísticos de las provincias. Mendoza registra en el primer semestre una inflación tres veces más alta que la que dibujó el INDEC; Córdoba indica el doble. El 3,5 que canta la conducción kirchnerista del INDEC no resiste el menor análisis.
Aunque elogia los porcentajes manipulados por Guillermo Moreno a través de sus interventores en el INDEC, Néstor Kirchner, en documentos tan íntimos como su propia declaración de ingresos, aporta testimonios personales sobre la inflación, que revelan realidad bastante diferente.
Los ingresos particulares del Presidente proceden, al parecer, de los alquileres que percibe por 30 propiedades, la mayor parte de las cuales, según consigna el diario La Nación, “las obtuvo entre 1977 y 1981”. Entre su última declaración de ingresos y la de 2005, Kirchner registra un incremento de 500 por ciento en la renta que recibe: pasó de 277.000 pesos a 1.103.655 pesos. En rigor, el Presidente aumentó los alquileres de sus inmuebles muy por encima de la inflación real (hoy se calcula una interanual de aproximadamente 20 por ciento). No sólo eso: cuando se comparan los ingresos rentísticos del doctor Kirchner y su señora con el valor fiscal de las propiedades que alquilan, se comprueba que la familia reinante recibe anualmente en concepto de alquileres ¡el doble del valor fiscal de lo que alquila! Probablemente si él beneficiario de un incremento semejante fuera alguna empresa, el Presidente emplearía adjetivos como “usurario”, “especulativo” o “parasitario”. Más allá de esa circunstancia, queda claro, a la luz del ejemplo presidencial, que los índices de la inflación dibujada están muy lejos de los reales.
También parece claro que, aunque vende optimismo, exhibe encuestas favorables y proclama una victoria sin atenuantes en octubre, el gobierno no se ve tranquilo ni relajado. Sabe que la ebullición de los precios (y los sobreprecios) puede activar el ácido de la opinión pública.

1/8/07

Bergman: La última entrevista


Este es el último reportaje que dio Ingmar Bergman. La periodista Betty Skawonius había entrevistado al artista en su refugio isleño de Fårö, al sur de Suecia. Se publicó el 14 de julio de 2005,en el diario Dagens Nyheter, el mayor de Estocolmo

Hoy Ingmar Bergman cumple 86 años. Vive solo y de buena gana se llama a sí mismo El Viejo de Fårö. No escribe más, pero tiene una carpeta de trabajo en la que aún junta material. Betty Skawonius conversó con él sobre su larga vida en el cine y el teatro.


A menudo sucede que ando por aquí y durante un día entero no hablo con nadie. Estoy fascinado con esto del silencio, con estar callado.


El ha influido más que nadie sobre la que el resto del mundo se hace del ensimismado mundo interior de las personas de Suecia. En los festivales cinematográficos cada nuevo filme sueco es filtrado a través de cedazos bergmanianos. Generaciones de cineastas y fanáticos del cine de otros países saben con precisión cómo son los suecos. Generaciones de suecos han luchado para no ser incluidos en esa melancólica imagen. Pero todos amamos sin reservas Fanny y Alexander. La relación de los suecos con Bergman es complicada.
Pese a que son las películas las que le dieron fama mundial y lo convirtieron en alguien inmensamente admirado y tomado como ejemplo, es en verdad en el teatro donde se encuentra su corazón. El cine es “puterío y carnicería”. El teatro es “el principio y el fin y, en realidad, es todo”.

Su última puesta en escena fue la de El Aparecido, de Ibsen, en el Dramaten, durante el 2002. Había habido otras últimas antes, pero esta vez fue en serio. El otoño pasado se deshizo de su departamento de la calle Karlaplan, en Estocolmo. La ciudad se ha ido convirtiendo en odiosa para alguien acústicamente hipersensible, obligado a soportar el barullo ininterrumpido durante las 24 horas.

Después de El Aparecido decidí que ya era bastante. Y ya está. Nadie va a necesitar sacarme a upa del teatro. Me voy solo. Nadie va atener que decir: El Viejo debería darse cuenta de que tiene que terminar. Por otra parte, yo amo esta isla. Pronto van a hacer diez años desde que Ingrid (Karlebo von Rosen, su última esposa) no está. Pero aquí me siento cerca de ella. Es cierto que también amo aquella espléndida torta que hacían en Nybroplan, cerca del departamento, pero eso ya no tiene remedio.
Para mí el teatro siempre fue la columna vertebral. Investigar el teatro moderno y los grandes clásicos ha sido infinitamente enriquecedor y estimulante. La convivencia, o la simbiosis, con los actores ha sido lo central en la práctica de mi oficio.
Cuando estoy aquí, en Fårö, lo que más extraño es el teatro y los actores. Nunca creí que mi nostalgia de los intérpretes fuera a ser tan grande.


Si a Bergman lo hacen elegir la puesta que más amó, él responderá que fue Cuento de Invierno, de Shakespeare. Sin esfuerzo enlazó a Shakespeare con los arándanos del teatro Dramaten en un jubiloso juego navideño, una historia sobre la fuerza luctuosa de los celos y del amor como milagro. Y con un humor absurdo de un tipo que pocas veces se había visto en Bergman.

- El tema básico de la obra es hondamente dramático. Un esposo tan furiosamente celoso que lo amenaza la muerte.

-Sí, la obra es hondamente trágica y atrapante. En esa pieza hay de todo, fue por cierto una de las últimas de Shakespeare. Para mí Shakespeare fue una misión tardía. Siempre pensé que las representaciones de Alf Sjöberg habían sido tan penetrantes, tan arrolladoramente superiores que jamás podría acercarme – dice Bergman con un casi imperceptible suspiro-. El tiempo que le dediqué a Cuento de Invierno fue un período extraordinariamente feliz. Era divertido tejer, sin dejar señales, los giros trágicos con los farsescos. La obra está escrita para una fiesta navideña, de modo que sonaba natural meter allí a (el escritor, poeta, pensador sueco del siglo XIX) Carl Jonas Love Almquist y sus juegos del pabellón de caza…Una fiesta navideña tan grandiosa…

- El Cuento de Invierno se transformó en una especie de Fanny y Alexander teatral. Habías dejado de hacer cine mucho antes y Fanny y Alexander fue tu última película, en 1982.

-Con Fanny y Alexander aramos durante siete meses y fue una actividad muy entretenida: tuve un conjunto maravilloso, fantásticos colaboradores. Con todo, fue una filmación increíblemente extensa y pesada y, en el fondo, compleja. Por eso, cuando estrenamos y todo fue muy bien, me dije: punto final, por más fantástico y sanguíneo que sea el trabajo fílmico. Y, mirá, nunca me arrepentí de esa decisión. No extrañé el trabajo en cine ni un solo día. Nunca.

Pero Bergman no abandonó las imágenes.. Después de renunciar a las películas hizo ocho producciones televisivas propias. Marquesa de Sade, de Mishima, fue primero obra de teatro y más tarde una nueva, costosa y al mismo tiempo más densa y compacta versión para tevé, con toda la escala de rojos del vestuario siglo XVIII de Charles Korolys adaptada a las cámaras.

-Marquesa de Sade (1989), sobre los meandros y perversiones del amor, estuvo entre tus apuestas más vehementes…

- Sí, pero fue algo completamente distinto: todo dependía de los actores. La pieza me había fascinado de manera inaudita y comprendí que no tenía sentido ponerla en escena si no contaba con los actores adecuados. Requería lo más difícil de todo, es decir, el aquietamiento máximo. Lo más habitual en cine es, por cierto, que cuanto más caliente se vuelve una situación más se mueve la cámara alrededor. Yo hago un culto de lo opuesto: cuanto más crece la violencia en una escena más inmóvil debe permanecer la cámara. Con Mishima se trata de pasiones incomprensiblemente violentas que nunca se desahogan, por lo tanto la actuación y el juego escénico deben mantenerse dentro de un marco muy estrecho. Para hacer eso se requieren actores con una fuerza capaz de dominar la situación y sus medios de expresión y simultáneamente capaces de superar irrefrenablemente sus propios límites.

En su ensayo Ver Bergman (1993), Leif Zern observa el hecho notable de que los investigadores teatrales raramente se interesan en los filmes de Bergman, mientras los investigadores cinematográficos se despreocupan de su actividad teatral. “La mitad de la acción se mantiene a la sombra”.
Ingmar Bergman es un solitario en esto de haber desplegado durante cuatro décadas un intenso intercambio recíproco entre teatro y cine y, paulatinamente, también televisión. Inclusive si otros directores han trabajado tanto en películas como en teatro, casi ninguno ha entrelazado tantas ideas fílmicas en teatro o expresiones teatrales en cine.
.Un año, por caso, escribe Pintura en madera, una obra en un acto para una escuela teatral en Malmö, que será el esbozo del gran material transformado en El séptimo sello, en 1956-57. Durante el período en que trabajó en el Teatro Municipal de Malmö, entre 1952 y 1958, Bergman hizo ocho películas, puso 22 piezas y dirigió 24 obras radiales. El nexo unificador eran los actores. Malmö fue el más transparente de los ejemplos de ese intercambio entre teatro y cine.

- En Malmö te juntaste con actores jóvenes, varios de los cuales , más tarde, fueron famosos y conocidos como “actores bergmanianos”: Bibi Andersson, Gunnel Lindblom, Harriet Andersson, Gertrud Frida, Ingrid Thulin, allan Edwall, Gunnar Björnstrand, Torvo Pawlo, y Max von Sydow.

- Una vez que terminé Sonrisas de una noche de verano, en 1955, y se produjo mi irrupción internacional, pude hacer las películas que se me antojara. La única condición era que hiciera una por año. Eso me parecía muy divertido, pero me requirió una tarea doble: junté ese calificado conjunto de actores en el Municipal de Malmö y hacíamos películas en el verano. En invierno me dedicaba a escribir el guión y a planear cómo iba a usar a mis intérpretes. Durante la mitad fría del año filmaba escenas invernales, con hielo y nieve. Todos los años filmé escenas invernales, salvo el último.

Cuando, tiempo después, fue convocado para dirigir el Dramaten en Estocolmo, a principios de los ’60, Bergman fue un jefe de teatro moderno: democratizó la sala, incorporó ensayos abiertos y un consejo de selección de repertorio, encargado de elegir las piezas y también las asignaciones de papeles. Tuvo que empezar desde cero.

- No había repertorio planeado, ni había contratos; no existía ninguna organización. Eso era una pocilga, aunque desde fuera parecía estar en forma, merced a que tenían grandes actores, finos artistas y prominentes directores.

Aun después de haber concluido su período como jefe del Dramaten, él mantuvo allí una gran influencia. Intervino con su opinión en cada nueva designación de jefes del teatro.

Tanto en la actividad teatral, como en la cinematográfica y televisiva siempre se ha asumido que Ingmar Bergman ha tenido enorme poder e influencia y sigue, en parte, teniéndolos. Nadie le dice que no a Bergman.
Si se lo escucha a él, la palabra influencia se deletrea como planeamiento y previsión.

- Se trata de la capacidad de –más bien de la compulsión a- estar bien preparado. Yo no puedo improvisar. Tengo que estar preparado hasta los dientes antes de iniciar un trabajo. Y los que trabajan conmigo han de estar también preparados, porque hemos repasado todo hasta los más mínimos detalles.
Soy, además, una persona con gran capacidad de catástrofe. Tengo un terror casi enfermizo de que todo se esté por ir al diablo. De modo que trato de preparar todo y prever todas las catástrofes imaginables. Soy un detallista insoportable.

- Eso es sabido...

- Sí. El hecho es que cuando uno convive con un caos constante y poco manejable, como es mi caso, tiene que imponerse una extraordinaria autodisciplina.

- Tenemos muchos artistas caóticos que, sin embargo, no hacen lo mismo que vos. ¿Tu caos es acaso más grande?

-No. También hay artistas que tienen necesidad de caos, Fellini por ejemplo. El creó un caos que lo estimuló violentamente. Si él presupuestaba una película por cierta suma, sus fieles productores ya sabían que iba a costar el doble o más.

- ¿Nunca tuvieron algún proyecto en común con Fellini?

- Sí. El, y yo y también Kurosawa íbamos a hacer juntos un film de episodios.
Yo me encontraba en Roma y Fellini estaba terminando su Satiricón. Me quedé cuatro semanas allá para que nos encontráramos. Kurosawa iba a venir, pero se enfermó y el proyecto se quebró. Cada uno iba a hacer su propia historia de amor, historias muy parecidas, pero una iba a ser oriental, la otra nórdica y la tercera meridional. Era una idea divertida. Yo ya había escrito mi parte. Y los amigos de Fellini estaban escribiendo. La pasamos muy bien en Roma.Yo amaba en Fellini su forma de trabajar, diametralmente opuesta a la mía. Todavía filmaba en Cinecitta, donde estuve, viéndolo dirigir. Estuve en su casa festejando la Pascua, Giuletta Mesina era la anfitriona en su bellísima casa junto al mar. Y también fue muy agradable encontrar toda esa gente maravillosa. Fue un tiempo fantástico, pero también fue una pena, porque me hubiera encanatado encontrarme con Kurosawa.

Ingmar Bergman consigue siempre los actores y los recursos que quiere; los directores que trabajan en el Dramaten y los directores de televisión gruñen sus protestas.

-Yo salgo con mucha anticipación y eso me permite elegir la gente que quiero, tanto cuando filmo como cuando dirijo teatro. Por ejemplo, cuando hicimos María Estuardo yo sabía que Lena Endre y Pernilla August estaban libres. Eso era un año y medio antes de ponerla en escena. Ellas dos fueron el punto de partida. Después pude, porque empiezo con tiempo, juntar otros manjares divinos. Hasta para los pequeños roles de figurantes conseguí jóvenes brillantes, como la perqueña Julia Dufvenius, por caso. Y cuando empiezo a bosquejar Saraband se me ocurre: Ella es justo la chica que voy a tener en ese film.
Pernilla August tuvo un papel minúsculo en aquella versión de Los sueños que hice en 1986: llegaba directo de la escuela de teatro. En ese momento pensé: ¡Hurra! Con ella tendremos una Nora dentro de un tiempito. Y cuatro años más tarde hicimos Casa de muñecas. Lo más divertido es que muchos años después ella hace a la señora Alving en Espectros, porque la señora Alving es una Nora que jamás dio un portazo.
A Lena Endre la vi en Varuhuset (La gran tienda, una serie en 60 capítulos que emitió la televisión sueca a fines de los años ’80), soporte cada capítulo de ese horrible culebrón porque quería verla a ella. Mostraba todos los rasgos y peculiaridades de una gran actriz.


-Erland Josephson se transformó en una persona que hace un personaje llamado Bergman, aunque ustedes son tan distintos. El tiene una irradiación muy diferente…

- Completamente…

- En Escenas de un matrimonio, de1973, ¿los personajes de Johan y Marianne fueron una creación o también allí utilizaste un acontecimiento que te había provocado sufrimiento? Más allá de que que allí empleaste los medios de la televisión y demostraste que es también una forma de arte.

-Ciertamente lo es.. Pero Escenas fue la empresa más frívola y descuidada en la que me haya metido. No teníamos nada de dinero y éramos un pequeño grupo de producción. Todo había empezado como un proyecto más pequeño, pero tenía tal potencia dramática quenecesitó cinco capítulos

Hay una escena, no precisamente frívola, que Bergman relata en 3 veces Bergman (una serie de la televisión sueca que muestra al artista en su ambiente isleño en Fårö). El estaba en Estocolmo y allí se enamora de Gun (Hagberg), que está por volar a París. Bergman tenía una esposa (Ellen Lundstrom) y cuatro hijos esperando en Gotemburgo. Antes de viajar a París pasa por Gotemburgo; su mujer se alegra de que haya llegado de sorpresa. El le anuncia que se va a Francia y que estará fuera varios meses. “Todavía siento repugnancia al pensar que pude ser tan horriblemente desconsiderado”.

El episodio retorna en Infiel, guión que él escribió 20 años más tarde para Lena Endre con Liv Ullman como directora. Aunque algo diferente, un poco más perturbado, aún más ingrato.

- Cuando hicimos Escenas yo estaba casado con Ingrid y era muy buen amigo de Liv. Estaba convencido de que Erland y Liv daban muy bien juntos. Liv siempre parece alguien que ve todo por primera vez y Erland, como alguien que ya vio todo mil veces. Aprendí tanto de él. Tenemos un contacto interior y una amistad que no tiene que ver ni con el tiempo ni con el espacio. Cuando tengo una verdadera preocupación hablo con Erland y él piensa y uno reconoce miles de años de sabiduría.

El año pasado, Erland Josephson consiguió sorprenderlo después de décadas de amistad.

-Quedé perplejo cuando hicimos Saraband. No imaginaba que él pudiera representar a un personaje tan genuinamente malvado. Segrega maldad por cada maldito poro. Lo conozco desde hace mucho y no sabía que podía sostener una maldad abismal como esa. Quedé verdaderamente sorprendido – se ríe Bergman.

- Pero el personaje lo habías inventado y escrito vos.

- Cierto, pero él se apropió del personaje de una manera que para mí fue una vivencia fuerte. Principalmente la interacción entre él y Börje Ahlstedt

- Es tan ruin. Al mismo tiempo es atrapante cuando lo dejás totalmente desnudo y hablando de sus demonios. Esos demonios se han avergonzado, pero vos te regodeás en ellos.

-Me parece que los demonios están bien. Yo elijo mis demonios y sé lo que quieren.

Ingmar Bergman debutó como traductor con Espectros, cuando volcó al sueco el texto de Ibsen.

- Después de decirme que estaba contento escribiendo, se me presentó el problema que aparece en Espectros, emergió el incesto. Estaba ya escribiendo el diálogo velozmente y seguí con la inercia de esa velocidad; fue bastante veloz y en unos días estaba lista Saraband.

--Lo que es muy fuerte en la puesta televisiva de Saraband es la relación entre padres e hijos, que vos lográs tejer a través de tres generaciones. Allí te metés en un tema que de hecho no habías tratado de esa manera antes. Se describe la relación de un padre con su hijo y la relación de ese hijo con una hija. Y las dos relaciones son, bueno…problemáticas.

- Sí , yo tenía ese material durmiendo en cuadernos de trabajo desde hacía mucho tiempo, ¿sabés?. Y sabiendo que Saraband era lo último que iba a hacer me dije: ahora lo voy a usar. Además, como ya había tenido el coraje de violar a Ibsen, seguí adelante a pura velocidad.
Ese hijo de Saraband está profundamente enamorado de su mujer y tiene una honda simbiosis con ella. Cuando ella muere, su amor se extravía. La hija entonces, viéndolo tan desamparado, asume el -un tanto riesgoso- rol de la madre.

-Son dos aspectos de la relación padre-hijo. De un lado un padre que se ata equívoca y fuertemente a su hija; del otro, el abuelo que expulsa y desprecia a su propio hijo. Es una dualidad fascinante o un espejo negro.

- Precisamente. El viejo Johan se refleja en su hijo. Porque…yo creo es difícil meterse y dedicarse a aclarar eso…Vos decís que es un espejo oscuro y eso es lo que es. El abuelo, en algún punto, se desprecia a sí mismo terriblemente y vive con eso.

-Es un juego intrincado y, me parece, muy valiente ese de hablar sobre padres e hijos, especialmente porque habías evitado el tema a lo largo de toda tu carrera artística. Hay allí puntos de contacto con vos mismo…

-Dar un salto y encontrarse de pronto muy involucrado personalmente es algo que a uno suele sucederle en este oficio. Es una actividad en parte puterío, en parte carnicería. Uno toma lo suyo y lo usa.


-Supongo que estos días estarás escribiendo algo…

- No, no lo estoy haciendo. Voy a parodiar la frase de Olle Hedberg –“el erotismo lo vuelve a uno erótico”- diciendo que la creatividad lo vuelve a uno creativo. Y puesto que mi creatividad actual es igual a cero, el deseo de ser creativo se manda a mudar tranquila y silenciosamente. Tengo, eso sí, un cuaderno de trabajo donde sigo juntando material. Ya estoy en el cuaderno número dos. Hay tanto material…que no sé si me voy a sentar a escribir algo este año o el siguiente.
Es material para un guión de cine. La parte más entretenida es la de fantasear sin asumir obligaciones. Lo aburrido es lo que supone exigencia, esto es: sentarse y escribir. Yo siempre me puse lo que suele llamarse una deadline, una hora de cierre. Ahora no tengo ninguna deadline, salvo que yo mismo voy a morir, que mi vida va a cerrarse.
La muerte nunca fue algo extraño para mí. Creo que fue (Tomas) Tranströmer el que escribiö que “hay un tipo silencioso que anda a mis espaldas y toma medidas para un traje”.


Betty Skawonius
Traducción: JR