Aborto selectivo
Una carta de lectores publicada en La Nación (jueves 30 de agosto).Ilustración: Herodes
En Italia, un procedimiento médico provocó la muerte de un feto de 15 semanas de gestación. Su madre, una mujer de 40 años embarazada de gemelas, tomó la decisión de abortar a una de ellas porque los resultados de los análisis arrojaron que sufría síndrome de Down. Por un error, se eliminó el feto “sano” y quedó el “down”, por lo que luego se concluyó la vida de ambos con un doble aborto.
Soy melliza. Mi hermana sufrió un ahogo al nacer, hecho que le provocó una discapacidad mental moderada permanente. No puedo imaginar mayor maldad que querer eliminar a una persona como mi hermana sólo porque entiende menos. Ella es un modelo de bondad y modestia, y ha sido una de mis mayores fortalezas en la vida.
Si en el futuro se pudieran detectar otrs características de las personas, ¿estaríamos abortando a aquellos que estudian menos?¿A los que tienen ojos marrones? ¿A los que no tienen condiciones para el deporte?
Tal vez la mujer de la noticia no quería conocer la bondad de la que ella misma carece, al igual que los médicos que practicaron el aborto y los legisladores que dictaron la ley.
Lo que en Italia o en la comunidad científica llaman “reducción embrionaria” yo lo hubiera llamado “mataron a mi hermana”.
Macarena Santos Muñoz
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